Mar. Abr 23rd, 2024

Los países miembros de la OTAN han discutido este miércoles sus relaciones con China, en un debate en el que han recalcado que Pekín «no es un adversario» para los aliados, pero en el que han alertado de las posibles dependencias económicas y tecnológicas con el gigante asiático.

«La guerra en Ucrania ha demostrado nuestra peligrosa dependencia del gas ruso. Esto también debería llevarnos a evaluar nuestras dependencias de otros regímenes autoritarios, entre ellos China, en lo que respecta a nuestras cadenas de suministro, tecnología o infraestructura», ha señalado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN celebrada en Bucarest, Rumanía.

En este sentido, el ex primer ministro noruego ha afirmado que los aliados reconocen el desafíos largo plazo que supone China pero seguirán teniendo relación económica y comercial con Pekín. Eso sí, deben ser «conscientes» de las dependencias que se generan, ha dicho Stoltenberg, quien ha pedido reducir las vulnerabilidades y gestionar mejor los riesgos.

La OTAN ha recalcado su doctrina acordada en la cumbre de Madrid del pasado mes de junio para subrayar que no ve a China como un «adversario» pero, al mismo tiempo, mandar un mensaje de aviso sobre el «ambicioso desarrollo militar» de Pekín y sus avances en materia tecnológica y de ciberactividades.

«Continuaremos interactuando con China cuando sea de nuestro interés. No menos importante para transmitir nuestra posición unida sobre la guerra ilegal de Rusia en Ucrania, así que permanecemos con los ojos abiertos», ha destacado Stoltenberg.

Este mensaje del jefe político de la OTAN llega en plena reflexión de la Unión Europea sobre su relación con China, después de que los líderes europeos mantuvieran el pasado octubre un debate estratégico en el que endurecieron el tono con respecto a Pekín y llamaron a permanecer vigilantes con respecto a las dependencias económicas.

En la misma línea, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, pidió realismo en una reciente intervención en el Parlamento Europeo, en la que defendió el contacto con Pekín y señaló que el «desacoplamiento no es una opción».

Borrell viene haciendo hincapié en que el bloque europeo esté alerta para que las dependencias comerciales que marcan ahora la relación no se conviertan en «vulnerabilidades» en un futuro, como ha sucedido con Rusia en el plano energético.

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